El término neutralidad se define, según la Real Academia Española, como la no participación de las opciones en conflicto; teniendo en cuenta esta definición, para responder esta pregunta, es necesario puntualizar que no nos referimos a los estados; a la forma en la que llevan su política exterior, tampoco en su historia o en las diversas experiencias que han vivido. Tampoco en si la política mundial es mala o es buena, si no, se habla sobre la manera en la que se ve al mundo. El diferir de las aceptaciones que se hacen hacia él, ya sean realistas o liberalistas.
No
todos vemos el mundo con los mismos lentes analíticos, no tomamos
en cuenta a los mismos actores, ni interpretamos los contextos de manera
similar, es decir, nuestra realidad es distinta a cualquier otro. Con ello, decimos que la realidad es, quizá, la cuestión más difícil de explicar en las Relaciones Internacionales. Para algunas teorías la realidad: es todo lo palpable y observable, es todo aquello cuantificable; mientras que para otras: son las ideas de los líderes, involucran, más allá de los estados, a las instituciones y sobre todo a los individuos; esto quiere decir, que el nivel de análisis es variado.
Debido a esto, a lo largo de la historia se ha tenido una serie de discusiones con respecto a qué teoría explicaría mejor al mundo, que visión sería la adecuada para poder dar razón a las guerras o incluso a la cooperación. Finalmente, la respuesta a la pregunta sería un NO, porque de ser lo contrario, no habría discusiones sobre cómo vemos al mundo, sería la aceptación de una sola realidad y dejaríamos de lado otros factores de un mundo que siempre está en constante cambio y definiéndose así mismo de manera divergente.